martes, 10 de mayo de 2016

Mi primera lista VIP

Alguna vez me tenía que pasar. Les pasa a todas las blogueras con glamur

Que un día te levantas con estos pelos y en tu bandeja de entrada tienes un email en el que te piden tu nombre para invitarte a una fiesta VIP (léase biaipi).





Y te toca salir del anonimato, no les vale que digas que eres La Hipster o Lajis. Quieren hasta el apellido.

En el chiquipueblo estas cosas no me ocurrían. En el chiquipueblo no hay fiestas biaipi.

Pero en Madrid, en la granciudad, es otro tema. A diario hay eventos de esos en los que te invitan a gintonics del bueno, con camareros guapos y chicas monas, en localizaciones increíbles, como efectivamente y festivamente fue el caso de la reinauguración del NH Nacional. 

Para los que seáis como yo chiquipueblerinos y no sepáis de qué hotel os estoy hablando, quizá esta imagen del esquinazo de la calle Atocha con el Paseo del Prado os diga suficiente. 




No os voy a engañar, no sabía que este fue el tercer hotel en abrir sus puertas en Madrid, en 1925, cuando todavía circulaban tranvías por las calles y los cercanos Ritz y Palace ya alojaban desde hacía algunos años a los viajeros pudientes.




Tampoco tenía idea de que había cerrado en un par de ocasiones y aunque habré pasado por delante decenas de veces en los últimos meses, no había reparado en el uso del edificio. 

Aparecí por la fiesta sobre las ocho de la tarde con mi nombre como contraseña. Pude disfrutar de un cóctel de escándalo, música en directo, barra de gintonics y buena compañía. Risas, muchas risas, y la suerte de estar en un lugar tan privilegiado, con vistas, en pleno centro, como a mí me gusta. 

Es un poco mierder que por trabajo no me aloje nunca en Madrid, y por ocio me sabe mal gastarme los euros en pasar una noche de hotel tan cerca de casa, porque desde luego me parece una opción más que recomendable: localización excelente, bien comunicado, a escasos metros de la estación de Atocha, edificio representativo, instalaciones renovadas y cocina de calidad. 

Cuando sea rica y famosa, de mayor, pienso hacer dos cosas: ir a saraos de lunes a domingo y alojarme en los hoteles míticos de mi barrio, así, para probar y dar una opinión fundamentada. 

Va a ser lo más.




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